martes, 17 de abril de 2012
TIPOS DE AMISTAD
- Los asociados son quienes comparten sólo una actividad común, como un hobby o un deporte.
- Los contactos útiles son quienes comparten información y consejo, generalmente relacionados con el trabajo o con el desarrollo de la carrera laboral.
- Los amigos de favores son personas que se ayudan una a otra de una manera funcional, pero no en el aspecto emocional.
- Los amigos para el ocio son las personas con las que socializamos pero sólo por diversión. No comparten entre ellos un nivel profundo de apoyo emocional.
- Los ayudadores son una combinación de los amigos de favores y amigos de diversión. Socializan juntos y se ayudan de manera funcional.
- Los comforters son como los ayudadores, pero también proveen apoyo emocional.
- Los confidentes se confían información personal, disfrutan de la compañía del otro pero no siempre están en la posición de ofrecer ayuda práctica, por ejemplo si viven lejos uno del otro.
- Los soulmates tienen todos estos elementos.
La amistad (< latín amicĭtas, por amicitĭa, de amicus, amigo, que deriva de amare, amar) es una relación afectiva entre dos o más personas. La amistad es una de las relaciones interpersonales más comunes que la mayoría de las personas tiene en la vida.
La amistad se da en distintas etapas de la vida y en diferentes grados de importancia y trascendencia. La amistad nace cuando las personas encuentran inquietudes comunes. Hay amistades que nacen a los pocos minutos de relacionarse y otras que tardan años en hacerlo. La verdadera amistad dura toda la vida.
Puede haber relaciones «amistosas» donde intervienen una persona y otro tipo de «personalidad» (ángeles, santos) o de una forma animal. Por ejemplo, algunas personas catalogan como amistad a su relación con un perro, no en vano a éste último se le conoce como «el mejor amigo del hombre». También se puede dar la amistad incluso entre dos o más animales de especies distintas, aunque es una relación sin el uso del razonamiento y la libertad de pensamiento humana.
SINCERIDAD
La sinceridad no es algo que debemos esperar de los demás, es un valor que debemos vivir para tener amigos, para ser dignos de confianza…
Para ser sinceros debemos procurar decir siempre la verdad, esto parece muy sencillo, pero muchas veces cuesta más de lo que se cree. Se utilizan las ‘’mentiras piadosas’’ para ocultar cualquier cosa que para nosotros es una tontería, pero que en realidad a la persona que mientes haces daño, y esta pequeña mentira que en un principio nos es nada se va haciendo más y más grande hasta que la verdad se acaba sabiendo y sorprendiendo a quien mientes.La sinceridad no sólo se ve en las palabras, sino que también se demuestra por medio de nuestras actitudes.
Cuando se aparenta lo que no somos (en la edad, trabajo, amistad…) se tiende a aparentar lo que no se es (más joven, inteligente, educados…) Si se descubre la gran mentira que nos han hecho creer se nos viene a la memoria el refrán: ‘’Dime de que presumes… y te diré de que careces’’ y entonces se produce una gran desilusión ya que se pierden las esperanzas de lo que la persona no es en realidad.
También indicar que ‘’decir’’ siempre la verdad con palabras es una parte de la sinceridad, pero también hay que ‘’actuar’’ acorde con la verdad.
Para ser sincero se necesita tener mucho ‘’tacto’’ y esto significa que cuando debemos decirle a una persona la verdad de lo que pensamos y esta verdad la incomoda debemos utilizar las palabras, las expresiones correctas ya que el primer propósito es ‘’ayudar’’ a esa persona, y esto es necesario para que la persona escuché y vea que lo que se la dice va con buenas intenciones y sin ánimo de ofenderla.
miércoles, 11 de abril de 2012
LOS ESTUDIANTES
Los estudiantes del instituto 19 de diciembre estan en el primer semestre de sus estudios
A que edad se comienza la delincuencia juvenil
EDAD PENAL Y PSICOLOGÍA JURÍDICA O LA NECESIDAD DE UNA RESPUESTA SOCIAL AL ADOLESCENTE.
La edad penal es un tema que debe ser estudiado desde una óptica pluridisciplinar. Este artículo esboza una perspectiva acorde a los planteamientos internacionales de la ONU, la Historia, la Neurociencia y las teorías psicosociales. Subraya la importancia a que está llamada la Psicología Jurídica-Forense en el tratamiento del tema y su implicación correspondiente.Palabras Clave: Edad Penal, Adolescente infractor, Psicología Jurídica Forense.
SUMARIO
I.- Introducción: Líneas Generales
II.- Algunas acepciones de la palabra imputabilidad
III.- Breve referencia histórica al control socio penal de la Infancia y los Derechos de los Niños
IV.- Esbozo de perspectivas pertinentes
V.- Consideraciones finales
Bibliografía.
porque hay mucha delincuencia juvenil
PORQUE HAY MUCHA DELINCUENCIA JUVENIL
Las amistades suelen tener efectos en varias áreas de la vida del adolescente-las calificaciones, cómo pasan su tiempo, a qué clubes pertenecen y cómo se comportan en lugares públicos, como los centros comerciales.
Los jovencitos que tienen dificultades para formar amistades generalmente tienen un nivel más bajo de autoestima, no se destacan tan bien en la escuela, a veces no terminan la secundaria, y pueden caer en la delincuencia además de padecer de una variedad de problemas psicológicos como adultos.
Los niños de todas las edades necesitan sentir que encajan en su vida social-que están en su ambiente. Al llegar a la adolescencia, la necesidad de ser "parte del grupo" es más fuerte que a ninguna otra edad. Las amistades se estrechan y son más importantes y le ayudan a determinar quienes son y hacia dónde van. Es más probable que formen grupos pequeños o piñas, cada uno con su identidad especial (por ejemplo, los deportistas, los estudiosos, los colegiales y los chiflados)
Muchos padres se preocupan que los amigos de sus hijos ejerzan demasiada influencia en sus vidas y que su propia influencia vaya disminuyendo. Los padres se preocupan todavía más si los amigos de sus hijos los animan a participar en actividades peligrosas o dañinas.
tipos de delincuencia juvenil
TIPOS DE DELINCUENCIA JUVENIL.
- Violencia
Juvenil
- Delincuencia
Juvenil. 9
- Violencia
Juvenil: Constituye una forma de expresar simbólicamente
los sentimientos,
ansiedades que los y las jóvenes no pueden
expresar de
manera directa.
- Delincuencia
Juvenil: Se refiere a la acción de cometer un delito,
el cual está
tipificado como tal en el Código Penal de cada
país.
Según
González del Solar (1995), Delincuencia Juvenil es
un
conflicto
permanente con las reglas de convivencia, que se manifiestan
en una
conducta tipificada como delictuosa y, que
haría al sujeto
posible de
pena, de ser capaz por su edad.
Si se habla
de “Conducta desviada” o de “Conducta Antisocial”,
se hace referencia
a un estilo de vida opuesto a las reglas de convivencia.
También la
inadaptación, con la cual se califica la conducta
del
sujeto que
está poseído por conflictos internos que originan
tensiones
con los grupos, y
que puede rematar no siempre en el delito.
Como afecta la delincuencia en la Juventud
Delincuencia Juvenil
La delincuencia Juvenil es una problemática global, no solo se
trata de un problema de las sociedades contemporáneas, sino que también
a lo largo de la historia y en diversas culturas, han surgido movimientos
juveniles originados por distintos procesos los que tomaron matices
diferentes o modalidades de expresión particulares, estrechamente
relacionados con las necesidades y circunstancias especiales del contexto
donde se desarrollan.
Al hablar de los inicios de este fenómeno en 1815 se empezó a
mencionar sobre delincuencia juvenil con motivo de una condena que se
impuso en Old Baley, Inglaterra a cinco niños a quienes se encontró
merecedores de la pena de muerte, era evidente que algo no marchaba
bien y que no podían sujetarse a los niños a igual condena que a los
adultos.
Entre los años treinta y cuarenta aparecieron en Estados Unidos y
en México los Pachucos. 2
Este movimiento se originó como consecuencia de los procesos
migratorios de población Mexicana hacia Estados Unidos a través de
los cuales se desencadenaron una serie de discriminaciones raciales
hacia los nuevos pobladores. La reacción de las y los jóvenes fue una
especie de rebeldía, como parte de una conducta defensiva, que los
llevó a agruparse en pandillas de barrios integrados por jóvenes
mexicanos, o hijos e hijas de mexicanos, nacidos en Estados Unidos.
Más recientemente a mediados de los años setenta aparecieron
también en Estados Unidos Pandillas juveniles denominadas CHOLOS,
las cuales se extendieron por algunas ciudades especialmente en el
estado de California y también por ciudades mexicanas grupos de
adolescentes hijos de inmigrantes mexicanos, por lo general desempleados
o subempleados se organizaron en pandillas para poder sobrevivir en
un contexto de pobreza e ilegalidad.
Entre los movimientos más conocidos en estados Unidos y América
Latina se pueden mencionar los siguientes: Los Gangs en Estados
Unidos y Belice; las MARAS en El Salvador , Guatemala y Nicaragua;
las barras o chapulines, en Costa Rica; los Gamines en Colombia; las
colleras en Perú; las Ganzas en Brasil ; las Patotas en Argentina.
En algunas ciudades alcanzaron magnitudes sin precedentes, por
ejemplo, en Medellín Colombia se han registrado seiscientas pandillas,
en el distrito Federal de México mil quinientas aproximadamente, en la 3
ciudad de Belice con tan solo ochenta mil habitantes hay once grupos
de pandillas, de las cuales surgen nuevas fracciones.
En El Salvador, desde finales de la década de los ochenta, el
fenómeno de organización y socialización de la juventud acentuada en
los estratos de bajos ingresos ha adoptado la forma de pandillas,
denominadas MARAS, de las cuales surgen grupos conocidos y bien
establecidos en rivalidades como son la MARA SALVATRUCHA,
denominada (MS x 13), LA MARA DIECIOCHO (M 18), y otras no
tan notables como éstas. Las cuales proliferan en zonas caracterizadas
por la alta densidad poblacional, la mala dotación de servicios básicos
y los bajos niveles de ingreso en los Hogares.
Según Marcela Smutt, Jenny Lissette Miranda (1998): Las
primeras noticias mínimamente documentadas de maras que puedan
considerarse sus antecedentes, aunque no coincidan exactamente con las
características de las actuales, son las maras estudiantiles que
aparecieron en 1959. En ese entonces estaban compuestas por alumnos
de colegios en las que se forjaban las actuales élites de dirección
empresarial y política como el externado San José, Liceo Salvadoreño y
Colegio García Flamenco. Los alumnos de estos colegios se
provocaban y enfrentaban en la calle a causa de los resultados de los
partidos de basketball en los que participaban. Sus rivalidades no
pasaban de simples encuentros callejeros sin consecuencia relevantes. 4
En términos generales siempre existieron grupos de amigos o
vecinos que se reunían al final de los pasajes de las colonias, en las
gradas de las casas o en predios baldíos aledaños a sus domicilios a
jugar.
Según documentación existente muestran que en diciembre de
1979, la Unidad del Cuerpo de Menores, hoy parte del Instituto
Salvadoreño de Protección al Menor, trató 253 casos de niños y niñas
relacionadas con vagancia, prostitución, mendicidad, deserción escolar,
toxicomanía, víctimas de daños físicos por adultos, abandono moral y
material y otras actividades que ponen en peligro al menor. En esta
fecha todavía no se mencionaba a los grupos de maras como causa
de atención de las instancias relacionadas con la protección de los
niños. El tema aparece tratado específicamente a partir de 1990 en un
artículo periodístico titulado “Las maras, una nueva maldición
aparece” en el que se describe como grupos de niños armados, proclives
al delito y no simplemente al ladronismo. Hasta fines del conflicto
bélico, el tema de las maras no tenía gran relevancia en la opinión
pública, siendo hasta el principio de la presente década que cobró un
inusitado valor. Desde entonces el problema no ha cedido; por el
contrario, ha ganado complejidad y hasta peligrosidad. Desde entonces
la fiscalía general de la República cuenta con un registro que en el
país existían hasta la fecha 263 pandillas de jóvenes, de las cuáles
185 se ubican en la ciudad capital. 5
Estas pandillas son un hecho social preexistente al proceso de
transición política iniciado con la firma de los Acuerdo de Paz en
1992.
La década de los 90 ha perfilado a las maras como el más
importante y complejo fenómeno cultural generacional que haya tenido
el país.
Según Carlos G. Ramos (1997), el elevado número de jóvenes
involucrados en esta forma de organización y socialización juvenil, así
como su presencia extendida por todo el territorio nacional han hecho
de este fenómeno y de las formas de violencia que el mismo comporta
una parte integral de la cotidianeidad de los salvadoreños.
Una gran proporción de la población salvadoreña percibe el
fenómeno de las pandillas como sinónimo de la delincuencia juvenil, se
estigmatiza a las y los jóvenes pandilleros como delincuentes y a sus
familiares como los principales causantes de la delincuencia por diversos
factores. Probablemente estas pandillas les ofrece a los adolescentes la
posibilidad de ser parte de sentirse incorporado a un grupo social donde
comparten valores representaciones y lenguajes. 6
Es muy habitual escuchar a ciudadanos, a comunicadores sociales
y también a representantes de instituciones referirse a jóvenes miembros
de las pandillas como delincuentes juveniles, etiquetando dentro de
esta categoría una multitud de conductas de muy diversa índole que
afecta a los jóvenes en situación de riesgo social, criminalizando a esta
población vulnerable.
Según estudios realizados en el Instituto Universitario de opinión
pública UCA -IUDOP (1996). El porcentaje de salvadoreños que percibió
el problema de las MARAS y la delincuencia como el principal problema
del país alcanzó casi el 65% esto constituye la más alta proporción de
respuestas asignadas a estos temas en la historia de las encuestas
realizadas por dicho instituto. Sin embargo al compararse el mismo
sondeo de opinión con medición hechas en años anteriores, se refleja
que el porcentaje de las familias víctimas de hechos delincuenciales había
disminuido.
Estos resultados inducen a considerar que lo que había crecido
para 1996 no es en si la delincuencia, sino más bien la percepción que
la ciudadanía posee de la delincuencia y del incremento de las
modalidades de violencia.
La percepción de las pandillas juveniles en cuanto tal tienen una
historia y no solo en las formas de expresión del fenómeno en los términos 7
del crecimiento de una condición particular que se refleja en el incremento
de violencia en el país.
En 1995 la actividad policial dirigió buena parte de sus esfuerzos
a la contención de las maras utilizando medios que en muchos casos
excedieron atribuciones legales en el mantenimiento del orden y se
reflejan una especie de aversión hacia los jóvenes involucrados en
pandillas.
Durante este mismo año, se aparecieron en el escenario Socio-
Político estructuras paramilitares de eliminación de pandilleros y se
sucedió una serie de asesinatos de “delincuentes” pertenecientes a maras
realizados por un grupo clandestino autodenominado “ La Sombra
Negra”.
Durante 1996 el gobierno de El Salvador promovió una campaña
antidelincuencial, que tuvo como resultado la aprobación por parte de
la Asamblea Legislativa la Ley de Emergencia contra la delincuencia y
el crimen organizado y da el primer paso para reimplantar la pena
de muerte en el país.
Según Carlos G. Ramos (1996): En definitiva, reforzadas por
una errada percepción del fenómeno, las tendencias autoritarias en el
abordaje práctico de las maras terminaron induciendo un mayor
margen de incertidumbre a la transición, pues la inclinación de 8
abordaje de este fenómeno generacional como un problema de
seguridad pública, condujo al desarrollo y reproducción de formas de
violencia contra los jóvenes, peligrosos para la construcción de una
convivencia ciudadana más tolerante.
Las pandillas juveniles enmarcadas dentro del contexto de la
delincuencia juvenil debido a sus características propias se ha manifestado,
a lo alargo de la historia como un fenómeno de violencia social - urbana,
muestra de ello es la expansión que ha tenido durante los últimos años
no solo en El Salvador; sino también a nivel mundial.
Lamentablemente en El Salvador no se cuenta con un registro
detallado de indicadores que den cuenta de la magnitud del fenómeno en
el pasado, de su desarrollo y de su dinámica reciente. Sin embargo la
evolución del comportamiento de los jóvenes en los últimos años ha
tomado proporciones alarmantes y tiende a seguir expandiéndose a tal
grado de ser considerado El Salvador como uno de los países con mayor
violencia a nivel mundial.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)